Aunque por lo general los huesos se asocian a la estabilidad del cuerpo y el movimiento, algunos de ellos tienen otras funciones muy específicas.  Éste es el caso de los seis huesecillos presentes en los oídos, pues su función es esencial para la audición, al ayudar a que se transmita el movimiento del tímpano al oído interno. Están diseñados para soportar mucho peso y están involucrados en la movilidad; ejemplo de esto son los huesos que van desde la punta de los pies hasta la pelvis, entre otros.